Con Otra Óptica
Una mirada actual con cámaras de otra época
¿Qué pasaría si mirásemos el presente con los ojos de hace décadas?
Ver con otra óptica
El Proyecto “Con otra Óptica” presenta una colección de fotografías, presentadas en tres exposiciones, realizadas con cámaras fotográficas restauradas que fueron fabricadas entre los años 30 y los 60. En estas fotos se pretende retratar las cosas que nos rodean con la tecnología–y especialmente las lentes- creadas por nombres que han hecho historia en el mundo de la imagen: Zeiss, Kodak, Rollei, Voigtländer, Balda…..
Mirar el presente con estas cámaras supone ponerse en el lugar de los fotógrafos que hace medio siglo hacían lo mismo con su presente –nuestro pasado- y, con las limitaciones y posibilidades de sus aparatos, tratar de reflejar lo que les rodeaba.
Una cámara fotográfica es sólo una caja con una abertura a un lado y un material sensible dentro de ella en el lado opuesto a la misma.
Regular la luz que entra en la cámara y modularla para reproducir con precisión lo que queremos ha sido la tarea fundamental de los fabricantes de cámaras fotográficas durante más de un siglo. Estos consiguieron un alto grado de sofisticación en los periodos históricos que rodearon la segunda guerra mundial sin que mediase la electrónica.
Durante esos años se crearon las leyendas de la fotografía que hoy son sinónimo de calidad: Rollei , Hasselblad, Voigtländer… pero detrás de ellos también hay nombres y marcas que definían la calidad de sus productos, como Ikon, Tessar, Prontor, Compur, Planar, Skopar…sólo por citar algunos nombres y marcas de lentes y obturadores que marcaban –y marcan- la diferencia entre una buena y una mala cámara fotográfica.
Estos son los nombres de los actores que figuran en esta exposición. Nosotros sólo nos hemos limitado a resucitarlos, sacándolos de trasteros, armarios y mercadillos, ponerlos en forma y conseguir que vuelvan a hacer su trabajo: hacer eterno un momento fugaz. No se trata de hacer fotos antiguas, lo que se retrata pasa en este momento delante de la cámara. Ocurre en mucho menos de un segundo, pero la magia que hay dentro de la cámara y entre sus lentes se encarga de transformar la imagen en arte y el presente en algo eterno.
La obra fotográfica
Esta obra nace como un experimento. Un experimento tecnológico y artístico.
La tecnología que se ha usado para capturar los originales es antigua: como poco, tiene 50 años y eso, en nuestro mundo, es toda una eternidad.
Las cámaras de fotografiar que han sido utilizadas exigen negativos en rollos de película. El revelado de este negativo es químico. Pero el tratamiento posterior de la imagen -escaneado, positivado y post-procesado- es digital. Al escanear uno de estos negativos de 6×6 o de 6×9 con una resolución de 4800 ppp o superior se puede tener una idea del tamaño de la imagen resultante. En este sentido, hay pocas cámaras digitales que rivalicen en “megapixels” con el fichero final resultante. El tamaño del objeto mínimo digitalizado es menor que la partícula de la emulsión fotográfica. Ello permite jugar también con el tipo de negativo original como otro elemento expresivo.
Lo que nos atrae de las cámaras antiguas es que sus ópticas, a menudo muchísimo más simples que las de las cámaras electrónicas modernas, presentan características muy definidas o incluso algunos defectos, que pueden ser usados como recursos expresivos. Lejos del pictorialismo actual, basado en la perfección en el registro de la imagen que las cámaras digitales poseen, las cámaras antiguas siguen manteniendo hasta el momento del revelado la incertidumbre acerca de la fotografía final. Medir las distancias a mano, usar exposímetros de selenio, disponer los diales de la cámara en la combinación adecuada no puede ser hecho sin cierto elemento ceremonial. Hay cierta recuperación del acto fotográfico: los carretes de 12 fotos animan a tomarse las cosas con calma. Todo lo contrario de las cámaras actuales que, sin tener ninguna objeción a ellas, animan al disparo rápido -luego el photoshop lo arreglará- porque del enfoque, la medición de la luz y demás, ya se ocupa la electrónica. En la fotografía digital, lo importante es, a menudo, cuántos modos de medición de luz o puntos de enfoque se tienen, cuántos megapíxeles o si el histograma está en el lugar correcto o no. Estos elementos, muy necesarios en la fotografía profesional, que no se puede permitir fallar por cuestiones de costes, llevan al aficionado a pensar que lo necesario para hacer las mejores fotos es disponer del mejor equipo, lo que suele significar, adquirir el más costoso…. Pues bien, llevamos 100 años de fotografía y fotógrafos excelentes y sólo en los últimos 10 tenemos fotografía digital asequible. ¿Cómo lo hacían antes? ¿Qué vieron en sus visores los fotógrafos que hicieron historia? Pongámonos detrás de las cámaras que usaron ellos y tratemos de imaginarlo.
Esta obra también es un experimento artístico ya que las tres personas que han llevado hacia delante este proyecto, tienen tres visiones distintas de la fotografía. Ellos han sido los que, utilizando las características, posibilidades y limitaciones de estas cámaras y ópticas como recursos expresivos, han dado su punto de vista de la cuestión. Hay fotos más audaces desde el punto de vista expresivo, con elementos abstractos y conceptuales presentes en todas ellas; otras son un ejercicio de belleza compositiva cuidado hasta el máximo detalle y otras son más clásicas desde un punto de vista fotográfico inspiradas, a veces, en la fotografía de calle pero con toques expresivos a lo Edwar Hopper o a lo Jack Vettriano.
Por ello, no espere encontrar un conjunto de fotos homogéneas que tengan un nexo común. Sólo la mirada particular de cada uno, le dará unidad a su conjunto.
El experimento no termina aquí. La adquisición y reparación de nuevas cámaras nos ofrece continuamente nuevas posibilidades que irán teniendo reflejo en futuras ediciones de esta obra.
Solicita una Exposición con Coloquio-Tertulia
Si perteneces a alguna asociación cultural pública o privada y te gusta el proyecto, tienes la posibilidad de llevarla hasta tu ciudad, podemos llevar la exposición para una muestra temporal con la posibilidad de crear una exposición con coloquio-tertulia sobre la exposición y todo su proceso creativo, solicita la información para analizar la viabilidad de logística y fechas posibles. También existe la posibilidad de la creación de un espacio motivador con la experiencia del curso “12 Fotos” (enlace a la información del curso) durante un periodo de la exposición “Con otra Óptica”, con la intención de que no se quede en una muestra de fotografía, sino que se convierta en una vivencia fotográfica e interactiva fuera de lo habitual; el curso “12 Fotos” no tiene ninguna vinculación programática con la exposición, solo es una posibilidad formativa más a este proyecto trasversal.
Este proyecto no tiene fines lucrativos, por lo que los costes de exposición están marcados exclusivamente por los gastos generados por desplazamientos y traslados de las obras, que variaran únicamente por la distancia del destino de la exposición.
Solicita información en: info@nuncasalgoenlafoto.com